lunes, 14 de noviembre de 2011

Resignación

Aquí os dejo un artículo de Almudena Grandes, publicado en El Pais.
En este texto la autora nos hace ver que actualmente estamos expuestos a lo que nos digan los políticos, y la gran mayoría de las veces nos conformamos con lo que dicen. Pero esto no debería de ser así, ya que muchas veces los políticos se equivocan, o simplemente no estamos de acuerdo con ellos o con el sistema político que tengan. Por este motivo la autora intenta decirnos que no debemos conformarnos con lo que vemos, sino que tenemos que luchar por conseguir una sociedad viva, es decir una sociedad que luche.

2 comentarios:

  1. En la sociedad actual es un gran problema que la mayoría de los españoles se resignen a la mala dirección política que lleva ahora el país y a la dificultad de salir de la crisis. Y como única solución deciden votar al partido político radicalmente opuesto, a ver si esto funciona.
    Por lo que estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Y pienso que deberíamos saber que el poder lo poseemos realmente nosotros y no tenemos que conformarnos con lo digan los políticos, y más en este bipartidismo que existe ahora mismo. Un claro ejemplo de lucha por nuestros intereses, es el 15 M que se llevó acabo en Madrid y que ahora se está desarrollando en otros lugares como Nueva York.

    Concluyendo, creo que debemos actuar con mas contundencia y determinación construyendo así un país más productivo y competitivo.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por la autora. La resignación no debería ser la fuerza que nos moviera a a actuar, sino que las verdaderas razones de nuestros actos deberían corresponderse con nuestras metas, nuestros objetivos de vida. Me gusta cómo la autora nos compara con la sociedad de antaño, contrastando la determinación de estos, que persistían en niveles mínimos de vida, con la nuestra, tan escasa ,aun cuando somos nosotros los que poseemos los medios para conseguir cuánto queramos. Sin duda es muy fácil olvidar la etapa tan dura que les tocó vivir y que, de ese modo, no recordemos cómo luchaban en lugar de resignarse y rechistar por su suerte.

    Somos nosotros los verdaderamente afortunados. Es fundamental que lo tengamos en cuenta, así como que nos perdamos ese valor de convicción que llevó a actuar a nuestros antepasados y que podría considerarse la verdadera razón de que existamos y que tengamos cuanto se nos ha concedido.

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