domingo, 6 de noviembre de 2011

Biblioburro

Hace tiempo que encontré este vídeo y hoy, al no leer ninguna noticia de educación que me llamara demasiado la atención, me he acordado de él; os recomiendo enormemente que le dediquéis los cinco minutos que dura porque merece la pena verlo. En él se cuenta la historia del profesor colombiano Luis Humberto Soriano, que lleva una biblioteca ambulante “a lomos” de dos burros, Alfa y Beto, hasta pueblos de las montañas del norte de Colombia dónde los habitantes raramente tienen la oportunidad de leer.
Me parece totalmente admirable la labor de este hombre, un claro ejemplo de todo lo que se puede hacer con tan poco dinero y recursos. No es difícil de imaginar la ilusión con la que los niños, que viven en un clima de violencia, esperan cada fin de semana para poder conseguir un libro y las caras de felicidad que tiene cuando Biblioburro se acerca. Dos años después de que Luis Humberto tuviera esta idea tan solidaria, su proyecto se expande por más comunidades indígenas colombianas, llevándose a cabo de forma voluntaria por padres de familia.
Aquí se demuestra que cuando el hombre realmente tiene interés y voluntad para mejorar la vida de los demás, no hay límites para su acción.

2 comentarios:

  1. Este vídeo me ha echo sonreir. Consuela saber que en esos lugares donde los niños no tienen al alcance una buena educación, haya personas que estén dispuestas a invertir su tiempo en cambiar esa situación.
    Estoy de acuerdo con MªÁngeles en que la labor que lleva a cabo Luis Soriano es digna de admiración. No muchas personas viajarían en burro diariamente para hacer feliz a unos cuantos niños, y eso es lo que le hace grande. A cambio de lo que hace, no recibe otra recompensa que la alegría de estas criaturitas, pero no por ello lo hace con menos ilusión. De hecho es mucho más satisfactorio.
    En definitiva, aplaudo la actitud de este profesor, puesto que cada cuento que se le lee a un niño es una fuente de enseñanza y felicidad, y no se les debería privar de ello.

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  2. Es increíble que existan personas así en el mundo, dedicadas totalmente a lo que les gusta. Ya solo por ver la sonrisa de estos niños al coger un libro, merece la pena ver el video. Me soprende como con tan poco son capaces de ser tan felices, y sin embargo los comparo con nosotros que tenemos de todo y aún así decimos que todavía no estamos lo suficientemente contentos. A veces desearía no tener ordenador, ni estanterías llenas de libros, ni móvil, ni televisión y tampoco todas estas nuevas tecnologías, para apreciar verdaderamente las cosas y poder ser como ellos disfrutando al máximo de todo lo que tienen.

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