lunes, 24 de octubre de 2011

La exclusiva de mi muerte

Buenas, he decidido crear una entrada que a pesar de no formar parte de mi temática me ha parecido muy interesante realizar.

Se trata de la noticia, que a mi al menos me sorprendió ver en el artículo de opinión de Rosa Montero del cual debimos hacer un comentario, y esta no es otra que la de Jade Goody, la enferma de cáncer terminal que participó en la versión británica de Gran Hermano.

Me he informado sobre este hecho y aquí tenéis una noticia que encontré en la red. Los motivos por los que Jade vendió su muerte a los medios son más que justificados y ahora lo que me planteo es cómo alguien puede ser capaz de emitir cierta cosa en televisión por muy morbosa que sea y no cómo pudo vender la noticia de su muerte anunciada.

Me gustaría que opináseis al respecto, así que desde aquí os hago un llamamiento a la reflexión personal para luego espero que sea compartida con el resto.

Alfonso Gaviño y Antonio Viñolo

3 comentarios:

  1. Después de todo lo que se ve en televisión hoy día, no me sorprende en absoluto que una persona sea capaz de hacer lo que hizo Jade mientras los medios de comunicación lo permitan.

    Entiendo que una persona haga todo lo posible por intentar que sus hijos vivan en las mejores condiciones posibles, pero la manera de conseguirlo también importa. Vale que es famosa (aunque no precisamente por haber descubierto algo), pero no por eso está bien que venda su muerte a los medios. Creo que es una enorme falta de respeto hacia todas aquellas personas que tienen cáncer y luchan contra esta enfermedad para seguir adelante cada día .

    Pienso que la reacción de Jade tras el conocimiento de su enfermedad no ha sido muy acertada, pero estoy absolutamente convencida de que los medios son los responsables de que este asunto haya dando tanto que hablar ya que se han encargado de propagar la noticia y hacer continuamente referencia a ella (“los británicos, quienes siguieron la vida de Goody tras su paso por el reality show en tertulias televisivas, libros y portadas de revista.”). Por eso comparto con Rosa Montero la idea de que los medios construyen la realidad

    Me hace mucha gracia que tras la muerte de la gran hermana su familia haya pedido un poco de intimidad. Si vendes tu vida, hazlo teniendo en cuenta no solo las ventajas sino también los inconvenientes. Lo que no vale hacer es quedarse con la parte que interesa: consigo el dinero que quiero y luego que me dejen en paz.

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  2. Resulta impactante, si bien, como dice Laura, ya deberíamos estar acostumbrados a la cantidad de atrocidades que los medios emiten a diario, que una persona frivolice con su muerte hasta el punto de comerciar con ella.

    Sin embargo, creo que cada persona es libre de decidir qué hacer con su vida, por lo que entiendo, en parte, que esta mediática concursante utilizase su fama para lucrarse, teniendo en cuenta que, con lo poco que le quedaba de vida, quería conseguir dinero de forma rápida para dejárselo a sus hijos.

    Esto no significa que apruebe enteramente lo que hizo, pero lo que sí me gustaría señalar es que la repercusión mediática que ha tenido el caso de Jade se debe sólo y exclusivamente a al morbo que nos provocan las situaciones trágicas (y que tanto beneficia a las cadenas de televisión)

    Por lo tanto, en mi opinión el problema está en que la gente no sabe poner límites a lo que cuentan en televisión, a lo que es expuesto en los medios, y mientras que no se eduque a las personas en este tipo de valores seguiremos encontrándonos con situaciones como el caso de Jade.

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  3. Al igual que Cristina, considero que el verdadero problema por el cual siguen dándose estos casos en la actualidad es esa importante fracción de la población que pasan prácticamente la totalidad del día en el sofá viendo los programas del corazón. Todas esas personas que optan por vivir la vida de los famosos antes que las suyas propias. Todo ese sector de la población que llena ese vació agujero que son sus vida con la de esos famosos que, por otro lado, no hacen más que aprovecharse de esos pobres e ingenuos tele videntes.

    Sin duda, no entiendo hasta qué punto llega el morbo de estas personas, que les mueve a querer ver hasta el último suspiro de una enferma terminal de cáncer, por el simple hecho de que en el pasado fuera una celebridad.

    No obstante, mucho menos ético me parece el que la cadena hiciera una oferta semejante a la enferma. Opino, al igual que Rosa Montero, que bien saben los medios la infinita capacidad que tienen para manipular nuestras vidas y por ello, veo oportuno que estos sepan hasta que límites es preciso llegar en algunos temas como la muerte de una persona.

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