martes, 18 de octubre de 2011

Impuesto antiobesidad

Aquí os dejo una noticia bastante curiosa que he encontrado en el Diario de Sevilla. Es muy corta , por eso no quiero adelantaros mucho, solo os comento que un grupo de consumidores pretende que se establezca un impuesto "antiobesidad" a los fabricantes de productos poco saludables. A priori puede parecer un poco absurdo pero si realmente sirviese para mejorar la calidad de vida de las personas, no creo que sea tan mala idea (recordemos que somos lo que comemos). ¿Pensáis que es una medida demasiado extremista?¿Sería justo para aquellos a los que les gusta comer alimentos ricos en grasas?¿que opinas?

9 comentarios:

  1. Sinceramente, que exista una propuesta para implantar un impuesto antiobesidad me ha sorprendido. Es un método que jamás se me habría ocurrido pero después de leer la noticia opino que sí que podría animar a la gente a comer más saludable.

    Aunque pienso que mucha gente estaría en contra de pagar un impuesto contra la obesidad (suficientes impuestos tenemos ya), también creo que a otros muchos el impuesto les daría por fin un motivo para reducir la cantidad de alimentos ricos en grasas que consumen. Lo que no ha conseguido la fuerza de voluntad o la concienciación sobre comer sano podría conseguirlo el dinero.

    Yo, por mi parte, estaría dispuesta a pagar ese impuesto si se garantiza que propiciaría el consumo de alimentos saludables y que ayudaría a combatir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, que constituyen un problema cada vez mayor para los europeos.

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  2. Adrián Silva Díaz19 de octubre de 2011, 21:08

    Los que buscan comer sano aplaudirán esta propuesta, ya que les ayudará a seguir alimentándose saludablemente. Pero no veo bien que se nos fuerze, mediante un impuesto, a comer un tipo de comida u otro, entre otras muchas razones porque necesitamos comer de todo (de unas cosas mas y de otras menos) para estar sanos.

    Yo creo que es mejor combatir contra las enfermedades cardiovasculares y la obesidad por otro camino: potenciando el deporte y la alimentacion sana.

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  3. La alimentación que hemos tenido desde que nacimos, la que tenemos ahora y la que tengamos va a influir mucho en el funcionamiento de nuestro organismo en el futuro. Con esto me refiero a que, aunque ahora mismo solamente podamos comprobar los efectos de tomar alimentos ricos en grasas en algunos casos (las personas con obesidad, por ejemplo) a largo plazo, podremos verlo en distintas enfermedades, sobre todo del tipo cardiovascular.

    Si la gente no sabe esto, actúa de una manera más irresponsable respecto a su alimentación y me parece que el hecho de imponer un impuesto a comidas poco saludables, sobre todo en un tiempo de crisis como el que vivimos, haría que las personas dejasen a un margen los alimentos grasientos .Así se conseguiría que todos tuviésemos una vida más saludable y se evitaría sufrir ciertas enfermedades.

    Respecto a lo que ha comentado Adrián de que necesitamos comer de todo, opino que tiene razón, pero que debería matizar ese "todo". Yo en su lugar diría que hay alimentos que necesitamos en mayor cantidad y otros en menos, pero algunos, como los del tipo de bollería, no son necesarios en nuestra dieta.

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  4. Esta noticia me ha impresionado bastante, es una idea muy inteligente pero a la vez un poco surrealista.

    Me parece una buena forma de incentivar a las empresas de comidas poco saludables a mantener unos niveles saludables para sus consumidores, pero también me parece un poco imposible porque hoy en día vivimos en un mundo, tristemente, movido por el dinero.
    Una de las pricipales causas de que la comida basura cause obesidad es que es adictiva y si los empresarios hiciesen su comida más saludable no venderían tanto y no ganarían nada con ello.

    Con mi opinión no quiero decir que sea una idea alocada e imposible imponer impuestos antiobesidad, pero no creo que se vaya ha realizar este proyecto, aunque si es así BIENVENIDO SEA. Necesitaríamos concienciarnos más con nuestra salud y si hay que hacerlo mediante impuestos, toda medida es buena. El fin justifica los medios.

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  5. En mi opinión, considero muy beneficiosa para nuestra salud (y, en parte , para nuestro bolsillo) la medida de la que habla el artículo. En numerosas ocasiones, optamos por comprar alimentos por su bajo precio, sin darnos cuenta que tras esa ese valor que se le atribuye se esconde lo perjudicial que realmente resulta para nuestro organismo.

    De este modo todas esas patatas fritas,bebidas azucaradas, chucherías, pizzas y hamburguesas abundan cada vez más en los mercados pues consiguen venderse muy fácilmente, debido a lo deliciosas que nos resultan. Hecho que a la vez permite a los fabricantes reducir los precios de estos productos en gran medida.
    En otro plano quedan esos productos más recomendables, que al no ser tan apetitosos no son tenidos en cuenta y pueden permanecer en las estanterías de los supermercados sin que nadie decida comprarlos.

    Así me parece muy justo el que el precio de los alimentos saludables se vea reducido, pues permitirá que estos sean asequibles a una mayor parte de la población, que en estos tiempos de crisis no pueden permitírselos y que, renunciando a estos, se ven obligados a consumir solo esos alimentos con tan pobre valor nutricional. Asimismo, considero que el que una alimentación sana sea llevada por la mayoría de la población tan solo nos puede repercutir propiciamente en nosotros, pues al reducirse en gran medida el numero de personas que padecen enfermedades de tipo cardiovascular, se verán reducidos también los gastos médicos y todos saldremos ganando de un modo u otro.

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  6. Desde luego esto es una medida muy favorecedora para una sociedad en la que cada vez está más presente la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Cada vez nos preocupamos menos por nuestra salud y esto algún día acabará pasándonos factura. Pero también hay que ver la otra cara de la moneda: ¿qué pasa con esas personas que están a gusto con su cuerpo y que pueden comer lo que quieran?

    Esta medida, adoptada por la FUCI, es sobre todo para bajar el nivel de obesidad, con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo veo estoy una solución un tanto drástica. Hay personas cuyo metabolismo asimila muy rápidamente mediante poco ejercicio gran cantidad de grasas, lo cual les permite estar en forma y comer lo que ellos deseen. Y ahora esa libertad de opción nos la están "quitando" a base de una subida de impuesto a lo cual no hay derecho. Yo puedo elegir entre comer sano o no ya que es mi cuerpo, por tanto soy yo quien debe regular las cantidades de grasas, glúcidos y proteínas que debo tomar.

    Entiendo las razones pero no apoyo el método. Pienso que esta medida es demasiado rigurosa y que puede venir muy mal a familias en las cuales no entre mucho dinero en casa (que últimamente no se puede decir que haya pocas). Si subimos los impuestos de las grasas, puede que haya familias que llegue un momento en el que no se puedan permitir comprarlas, y no hemos pensado que eso también puede ser perjudicial para la salud. Hay otras opciones, solo hay que buscar más y poner un poco de nuestra parte.

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  7. Después de leer las opiniones anteriores, me gustaría hacer hincapié en algunas.
    Jose ha comentado que cada persona es libre de decidir qué es lo que come y lo que no(yo también lo veo de este modo).Lo que no puede negarse es que, tomar muchos alimentos ricos en grasas, independientemente de que seas una persona que engorde con facilidad o no, es muy perjudicial. Quizás, el impuesto antiobesidad favorecería más a las personas delgadas que comen de manera poco saludable, ya que son las menos conscientes del daño que esto les va a provocar en el futuro.

    Al igual que Francisco, opino que si conseguimos llevar a cabo un modo de vida más saludable, saldremos ganando todos , ya que por ejemplo, los gastos en medicina se verían reducidos al disminuir las enfermedades cardiovasculares.

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  8. Inmediatamente después de leer esta noticia pensé: "Qué propuesta tan acertada, seguro que de esta manera la tasa de obesidad en nuestro país descendería". Pero parándome a reflexionar me doy cuenta de que no es tan positiva como parece. Para empezar, si nos diésemos una vuelta por cualquier supermercado veríamos que la fruta y las verduras, la comida sana en general, son bastante más caras que los alimentos ricos en azúcares y grasas. Esto unido a su buen sabor hace que una gran parte de la población se decante por la comida insana. Por tanto, estaría de acuerdo con que se aplicaran impuestos a estos productos siempre y cuando también se abaratasen aquellos que sí son saludables. De lo contrario, lo único que estarían haciendo es subir los precios de todo tipo de alimentos, algo totalmente inefectivo para los tiempos que corren.

    Además, otro de los requisitos que tendría que cumplir la propuesta para que contase con mi apoyo es que los impuestos fueran a parar al Ministerio de Sanidad y que este, con el dinero recuadado, tratara de realizar más campañas para concienciar al consumidor de la importancia que tiene una buena alimentación.
    Además, creo que sería más efectivo lograr que la industria no superara un determinado porcentaje de grasas y azúcares en los alimentos.

    En definitiva, opino que deberíamos analizar más exhaustivamente este tipo de medidas que, a priori, aparentan ser provechosas para nuestra salud porque si no lo hacemos, acabarán, por ejemplo, por cobrarnos para entrar en la playa aludiendo a que tomar el Sol provoca cáncer.

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  9. A mi me parece una buena iniciativa, ya que en mi opinión la nutrición de cada uno la veo como una responsabilidad que consiste en cumplir unas prioridades como comer cinco piezas de fruta y verdura o beber dos litros de agua combinándolo con una dieta equilibrada y ejercicio diario. Si es cierto que existe un cierto índice considerable de obesidad y muertes provocadas por enfermedades cardiovasculares, quiere decir que muchas personas, realmente, no están cumpliendo con esa responsabilidad, que es algo tan importante como su propia salud.

    No obstante y en acuerdo con Mª Ángeles, habría que ver que es lo que verdaderamente pasa con el dinero cobrado por el impuesto extra, y también me parece cierto que este tipo de cosas no se llevaran a sectores extremistas como el ejemplo de la playa de nuestra compañera.

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